lunes, 12 de octubre de 2009

Efecto plascebo en niños y la homeopatía















Randi, su millón de dólares y la homeopatía

















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La homeopatía funciona? Escepticos...

En primer lugar, de acuerdo con los principios homeopáticos, el diagnóstico de una enfermedad se realiza en base a sus síntomas, y no a sus causas primeras. Además, los tratamientos son de por sí altamente indefinidos. Van orientados normalmente a determinados cuadros sintomáticos o a molestias indefinidas de carácter crónico.

En cuanto a los cuadros sintomáticos, sin infección conocida o definida, se trata por lo general de procesos con un ciclo temporal de evolución breve y conocido, y que depende básicamente del sistema inmunológico. En otros casos, estos cuadros responden a problemas psicosomáticos, de carácter depresivo o ansioso, cuya solución puede no depender en absoluto del producto homeopático en cuestión. Es además muy frecuente en este tipo de procesos que el paciente simultanee el tratamiento farmacológico con el homeopático, en la creencia de que el segundo acelera y potencia el efecto del primero, y atribuyendo posteriormente la curación al homeopático, en el cual tiene mayor confianza.
Todos estos casos, igual que otros muchos estudiados a fondo y que no superan el índice estadístico atribuible al efecto placebo, suponen ejemplos de curaciones o mejorías perfectamente explicables sin necesidad de suponer una relación directa entre las mismas y el producto homeopático suministrado. Es decir, no es necesario suponer ni exigir que el producto homeopático tenga por sí mismo capacidad farmacológica ni produzca efecto fisiológico alguno.


Las pruebas a la homeopatía

Como todas las pseudomedicinas, la homeopatía no presenta ninguna prueba de sus teorías, mecanismos o hipótesis explicativas. La que más se acercó fue la del ‘caso Benveniste’ ya comentado. Las pruebas que manejan los homeópatas son ensayos clínicos y no experimentos de laboratorio o pruebas experimentales. Los únicos capaces de establecer una relación causa-efecto son estos últimos. Los ensayos clínicos sólo muestran correlaciones estadísticas y tienen un carácter probabilístico. En ocasiones pueden indicar por dónde puede ir la causalidad, pero no la demuestran.

El problema de estos metaanálisis es que hacen aparecer efectos significativos y, por tanto, merecedores de consideración, al agrupar estudios clínicos poco significativos, de evidencia poco convincente y de débil argumentación. Lo cierto es que un conjunto de evidencias poco fiables sigue siendo poco fiable. Por otro lado, estudios publicados en The Lancet o en el British Medical Journal, aunque positivos, presentan resultados poco significativos. Tienen todas las características de lo que Irvin Langmuir definió como Ciencia Patológica.
Otro argumento en defensa del “funcionamiento” de la Homeopatía viene dado por la suposición de que, en los estudios realizados con animales, no es posible la manipulación ni el efecto placebo. Sin embargo, lo cierto es que dichos estudios son tanto o más manipulables que los efectuados en humanos, y que el efecto placebo es perfectamente constatable y reproducible en los animales. Además, no debemos olvidar lo molesto que es indagar en los sueños y otras intimidades de las vacas (“locas” o “cuerdas”), las ratas, los conejos o los perros, algo absolutamente indispensable en los diagnósticos homeopáticos y sus consiguientes tratamientos (veterinarios, obviamente). Por último, recordemos la taxativa prohibición de Hahnemann sobre la experimentación con animales, lo que invalidaría, desde un punto de vista estrictamente homeopático, cualquier estudio de este tipo. Respecto de los ensayos realizados con niños, podíamos decir cosas similares, por lo que no aburriremos al lector con los mismos argumentos.

La homeopatía tiene un fundamento mágico -la fuerza vital-, sin base experimental alguna y contradictoria con los fundamentos básicos de otras ciencias perfectamente establecidas. Sus razonamientos son circulares y es una práctica automantenida: no necesita del resto de los conocimientos científicos para funcionar. Sus defensores utilizan con profusión la falacia ad hominem y presentan lo limitado del conocimiento científico como coartada, pero parasitando los nuevos conocimientos y descubrimientos realizados para justificarse. De hecho, la homeopatía no ha producido ningún avance significativo en el tratamiento y/o curación de ninguna enfermedad, ni ha provocado ningún nuevo concepto teórico de cierto peso. Se encuentra enclaustrada en los mismos principios declarados dogma de fe por su fundador y maestro. En algunos casos los homeópatas llegan a verse como perseguidos, invocando las figuras de Galileo o de Servet como argumento en favor de su postura. Acusan a los críticos de intransigentes y de inquisidores simplemente por señalar las graves inconsistencias que se han visto en este informe.


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Randi, su millón de dólares y la homeopatía

Cuando tengo el placer (es un decir) de encontrarme con alguien que dice que cura con el agua (aunque ellos prefieren llamarse homeópatas) y empieza a sostener que su pseudomedicina está demostrada y hay estudios que lo avalan, casi siempre la discusión termina en el mismo punto. Yo intento explicar por qué esto no es así y tratar un poco más de cerca el sin sentido de las teorías que “sostienen” la homeopatía. Pero esto es como hablar a un sordo, dirá que hay estudios que demuestran su efectividad pero que no llegan a ser publicados por culpa de las farmacéuticas y que la ciencia no está lo suficientemente crecidita para demostrar su funcionamiento. A lo cual llegamos a un lógico, ¿pero lo mínimo será demostrar qué cura, no? A los que ellos responden que sí, como un acto de fe. Igual que si preguntara a un creyente si existe Dios.

Pero después, dogmas de fe aparte, encontramos personas que tratan de poner un poco de sentido común en esta locura de las medicinas alternativas proponiendo retos a éstas mismas: Randi.


Randi sigue a rajatabla aquello de “a afirmaciones extraordinarias, pruebas extraordinarias” y, por supuesto, es escéptico y persigue a todo aquello con tintes paranormales. Así que en 1996 construyó la Fundación Educativa James Randi donde se intenta acercar la ciencia a lo sobrenatural. Su intención no era sólo explicar razonadamente por qué todo esto no existe, sino darle una oportunidad a sus defensores para que estuvieran en igualdad de condiciones y demostraran aquello en lo que creen. ¿Cómo? Se preguntaran ustedes. Otorgando un premio a cualquiera que demostrase poderes paranormales en condiciones controladas. El premio sigue estando ahí y aún nadie ha sido capaz de conseguirlo.
En el 2002 fue más allá y propuso un reto directo a la homeopatía. El reto consistía en ver si eran capaces de demostrar, de forma controlada y a doble o triple ciego que la homeopatía funcionaba y el premio sería un millón de dólares. Cualquier homeópata del mundo que quisiera demostrar el funcionamiento de la homeopatía no sólo tenía la posibilidad de acallar a voces críticas como la mía, sino que adquiriría un millón de dólares y fama mundial.

A día de hoy, nadie ha podido demostrar que la homeopatía funciona. El millón de dólares sigue libre y a la espera de un dueño.

Así que, cuando veo que la conversación con el homeópata de turno ya no da más de sí, suelto un rotundo: Randi aún espera con su millón de dólares a que se demuestre que la homeopatía funciona. ¿Por qué no lo intentas? Si tan convencido estás, tienes la oportunidad de demostrarlo ante el mundo entero. Y como tú, miles de personas más que creen en esto. Digo yo que si funcionara no os costaría mucho hacer un experimento para dejarlo claro.

Aquí pueden ver unos vídeos donde se explica un elaborado experimento que hicieron para comprobar si realmente funcionaba, a través de la memoria del agua. Comienza a partir de la segunda mitad del primer vídeo. En la primera parte se explica algunos de los pequeños experimentos donde se veía que podía funcionar. Sin embargo, cuando comienzas a ver más estudios sobre la homeopatía y de mayor tamaño, los resultados son prácticamente idénticos al placebo. El “funcionamiento” de la homeopatía no está en ella misma, sino en la sugestión de aquellos que lo toman. Un simple placebo, demasiado caro.